Gestionar, agitar o traer a la superficie
El gestor cultural es, como dice Herralde, un agitador; alguien que insiste en traer a la superficie aquello que se encuentra oculto, en poner en circulación los objetos culturales para tocar –y a veces cambiar– la vida de las personas.

La conversación de una época
En el ámbito editorial, el editor (que es gestor cultural de su campo) es quien acompaña al artista (escritor, ilustrador, fotógrafo) con el objetivo de ayudarlo a conectar con su propia voz; a la vez, trabaja para que la obra ―el libro― salga al mundo y se encuentre con sus destinatarios: los lectores.
Pero la tarea no se agota en ese acompañar sino que se propone influir en los modos de producción, comunicación y circulación de las obras. Seleccionar originales y armar catálogos es un modo de influir en la conversación pública de cada época.
El gestor cultural es, como dice Herralde, un agitador; alguien que insiste en traer a la superficie aquello que se encuentra oculto, en poner en circulación los objetos culturales para tocar –y a veces cambiar– la vida de las personas.
Salir y volver a las propias prácticas
Durante la cursada de la Maestría en Gestión de la Cultura me resultó muy interesante –y me abrió a nuevas perspectivas– el abordaje de las materias relacionadas con las artes visuales. Se trata de un campo de la cultura al que me acercaba solo como visitante circunstancial, como espectadora ocasional. Conocer más sobre las teorías expositivas, la historia de los museos y sus propuestas, el trabajo del curador y del productor, y las formas de circulación del arte me inició en un mundo apasionante y, a la vez, nutrió mi trabajo editorial porque me dio herramientas para pensar más ampliamente el diseño, la fotografía, la ilustración y las materialidades del libro.
Tres experiencias en torno al libro
Escuchar un audiolibro: para quienes no lo hayan experimentado aún, la escucha de libros nos retrotrae a un momento anterior a la alfabetización, en el que –si tuvimos suerte– un adulto nos leyó y nos introdujo al mundo mágico de la literatura. Recuperar esa experiencia (o tenerla por primera vez) produce asombro y un disfrute extraordinario.
Deambular por una feria de libros: algunas ferias ofrecen una curaduría particular que nos permite encontrar algo que no sabíamos que estábamos buscando, muchas veces alejado de la novedad (que es tan efímera). A diferencia de las librerías, en las ferias de editores el visitante puede encontrar el catálogo completo de una editorial y así comprender mejor sus puntos de interés, sus apuestas, sus fortalezas.
Leer El hombre semen (Violette Ailhaud, Edicola): un libro pequeñísimo en el que se expresa con claridad el trabajo del editor: la pesquisa, el contrato, los antecedentes; se narra todo lo referido al rescate de la obra. Pese al título, que puede sonar provocador, trata sobre un pequeño pueblo francés que pierde a todos sus hombres a causa de la guerra. Las mujeres dudan: ¿quedará alguno, allí afuera, que les permita continuar la especie?
Una cita de Buscar indicios, construir sentido, de Graciela Montes (Babel, 2017)
“Si en medio de las solicitaciones, del bombardeo de mensajes, de la fragmentación casi intolerable, de la falsa variedad, de la profusión globalizada, hay quien todavía elige, se demora, quita escoria, busca sentido, y construye su relato, hay lectura. Si todo se vuelve manso “surfeo” y obediente consumo, la lectura –obligadamente– desaparece. No quedaría sitio para ella, que ha sido siempre, por definición, orgullosa, algo feroz, desobediente”.
Laura Leibiker es locutora nacional y magíster en Gestión de la Cultura por UdeSA. Estudió Matemáticas y Edición en la UBA y trabajó en radio y televisión, además de colaborar en diversos medios gráficos.
Desde 2006 se dedica a la edición de libros para niños y jóvenes: estuvo a cargo del catálogo de Ediciones SM entre 2006 y 2012, del de Editorial Norma hasta inicios de 2023 y, desde aquel momento, es directora de libros para chicos y jóvenes en Siglo XXI Editores. Allí asumió el desafío de lanzar la primera serie de libros infantiles de esa prestigiosa editorial donde publicó, entre otros, libros de Eduardo Galeano, Liliana Bodoc, Graciela Montes, Melina Furman y Martín Kohan.