¿La resiliencia profesional disminuye con la edad?

En contextos de crisis o transformaciones profundas, adquiere especial relevancia la noción de resiliencia, entendida como la capacidad de adaptarse y reinventarse frente a desafíos tanto personales como profesionales. Esta capacidad es particularmente crítica en sociedades que atraviesan procesos de envejecimiento demográfico, donde las personas mayores enfrentan desafíos de adaptación a un mundo laboral en constante cambio. En este escenario, son frecuentes los estereotipos que asocian la vejez con una supuesta menor resiliencia profesional, lo que puede limitar las oportunidades de desarrollo y sostenibilidad de las trayectorias laborales a lo largo del tiempo. En un estudio recientemente publicado por Human Resource Management Journal, Pamela Suzanne, profesora de la Escuela de Negocios de la Universidad de San Andrés, junto a un equipo internacional de investigadores del proyecto 5C (por sus siglas en inglés Cross-Cultural Collaboration on Contemporary Careers, en español, Colaboración Intercultural sobre Carreras Contemporáneas), analiza si efectivamente la resiliencia profesional disminuye con la edad a nivel global.
Para explorar la relación entre la edad y la resiliencia profesional, los investigadores desarrollaron un modelo que combina mecanismos individuales y factores macrocontextuales. El estudio se basó en una encuesta realizada a 6.772 profesionales de 28 países, en la cual se examinaron dos dimensiones individuales: el optimismo profesional, que refiere a las expectativas positivas sobre el desarrollo profesional futuro, y el significado profesional, vinculado a la percepción de la propia carrera como personalmente significativa. Para contextualizar estos mecanismos en diferentes escenarios nacionales, se incorporaron dos indicadores macroeconómicos con fuerte incidencia en la política laboral: las tasas de desempleo y la fortaleza de la cultura educativa —esto es, el valor social asignado a la educación y el conocimiento académico— recuperados de fuente oficiales, como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
El modelo propuesto sugiere que la edad influye en la resiliencia profesional a través de dos vías contrapuestas: por un lado, tiende a disminuir el optimismo profesional y, por el otro, incrementa el sentido de propósito en la trayectoria laboral. Además, los investigadores observaron que estas relaciones están condicionadas por factores socioeconómicos de cada país. En contextos con altas tasas de desempleo, el efecto negativo de la edad sobre el optimismo profesional se intensifica. En cambio, en países con culturas educativas más sólidas, la edad fortalece el significado atribuido a la carrera profesional. “Cuando la cultura educativa de un país es fuerte, con el transcurrir de la carrera, las personas encuentran el sentido y significado de su carrera con mayor profundidad. Esto nos lleva a pensar que los países que hacen bien las cosas a nivel macro, tienen la posibilidad de mejorar los aspectos individuales relacionados con la resiliencia profesional”, señala Suzanne.
La coexistencia de trayectorias paralelas de pérdidas y ganancias a lo largo de la vida promueve una visión más matizada del desarrollo profesional. En este sentido, los hallazgos del estudio ofrecen orientaciones valiosas para diversos actores. En primer lugar, incentivan a las personas a tomar mayor conciencia de sus debilidades y aprovechar sus fortalezas para preservar su resiliencia profesional a medida que envejecen. Además, promueven que los especialistas en desarrollo profesional cultiven una mayor sensibilidad en su acompañamiento a trabajadores jóvenes y mayores, y que los profesionales de Recursos Humanos diseñen sistemas que promuevan el significado y optimismo profesional. Finalmente, el estudio motiva a los responsables de las políticas públicas a considerar la inversión educativa de largo plazo e impulsar iniciativas para reducir el desempleo y promover la igualdad.