“La Inteligencia Artificial no es una amenaza, la amenaza es no querer transformarse”

Lina Zubiria, quien además es docente en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad de San Andrés, sostuvo que el debate sobre la Inteligencia Artificial no debe centrarse en si reemplazará a los humanos, sino en cómo puede complementarlos: “Tenemos que buscar los grises. No podemos ni ignorarla ni pensar que viene a aniquilarnos. El verdadero problema no es la tecnología, es no querer transformarse con ella”.
Consultada por la mirada crítica que algunos sectores tradicionales del periodismo tienen frente a la IA, Zubiria entendió el sentimiento de pérdida, pero lo relativizó: “Es normal sentir nostalgia. Uno dedicó años a perfeccionar la escritura, a pasar noches sin dormir para cerrar notas, y de pronto una tecnología lo hace en segundos. Pero eso no invalida el trabajo humano: el sentido común, la mirada crítica, la ética, todavía son irremplazables”.
La especialista también remarcó que el modelo clásico del periodista que ‘pastorea’ en redacción durante años para luego salir a la calle “ya no existe más” y que seguir formando profesionales bajo esa lógica solo genera frustración y desconexión: “Si creemos que los jóvenes sólo pueden hacer tareas técnicas, sí, van a ser reemplazados. Pero si les damos espacio para pensar, analizar y proponer, el valor humano vuelve a tener protagonismo”.
El rol del docente: enseñar a preguntar, no a repetir
Zubiria también planteó un giro clave en el ámbito educativo: dejar de enseñar a responder y comenzar a enseñar a preguntar. “Antes, como docentes, nos preparábamos para dar respuestas. Hoy los chicos ya las tienen en su celular. Entonces, el nuevo rol del docente es ayudarlos a mejorar sus preguntas, a desarrollar pensamiento crítico”.
Relató una experiencia con estudiantes universitarios, quienes al preguntar a una IA quién era el mejor jugador de la Copa América recibieron una respuesta errónea. “Eso les mostró que la calidad de la respuesta depende de la calidad de la pregunta. Esa es la enseñanza clave: no eliminar la IA, sino saber usarla con criterio”.
IA en el estado: la transformación que no llega
Otro de los puntos abordados fue el rezago del sector público en el uso estratégico de IA. “Hay una diferencia entre digitalizarse y transformarse”, explicó. “Digitalizar es poner tecnología a lo viejo. Transformarse es cambiar de verdad los procesos. Pero eso requiere tiempo, dinero y decisión política, algo que con mandatos de corto plazo cuesta mucho sostener”.
Afirmó que en muchos casos la implementación de IA en el estado responde más a una necesidad de reducir costos que a una visión de largo plazo: “Estamos ante una batalla cultural, más que política. Transformar un país no depende de quién gobierne, sino de si todos estamos dispuestos a construir algo duradero”.
Ética, intenciones y el desafío del uso responsable
Finalmente, Zubiria se refirió al uso político y electoral de herramientas de IA, como la generación de imágenes o noticias falsas: “La tecnología no es buena ni mala. Todo depende de la intención con la que se use. Y hoy la gran deuda es ética. Hay un desfase entre el avance de las herramientas y las regulaciones legales, pero no podemos esperar a que lleguen las leyes para actuar con responsabilidad”.