Expo virtual: Cuidemos nuestros libros

Como todo objeto de uso cotidiano, el libro tiende a dañarse. Observamos daños en los distintos materiales de los cuales están hechos los libros: el papel, las tintas y las encuadernaciones. También hay otros daños asociados a su manipulación y a su uso.

Sin embargo, por su valor cultural, nuestra misión sigue siendo cuidarlo para que continúe disponible para las generaciones futuras.

Con esta muestra virtual nos proponemos dar a conocer algunos de los daños en nuestros libros e invitarlos al compromiso de ayudar a preservarlos.

Toda la comunidad universitaria puede ser guardiana de nuestro mayor tesoro: ¿te sumás?

La degradación de los materiales que componen al libro es una de las principales fuentes de deterioro. En el caso de la acidez del papel, notamos que se torna de un color más amarillento y sus páginas se vuelven quebradizas. En cuanto al foxing, lo reconocemos por manchas marrones dispersas en el papel.
Seamos cuidadosos/as con los libros que presentan signos de fragilidad.

Uno de los enemigos biológicos más comunes de los libros son los insectos, quienes se alimentan del papel. El daño que hacen suele ser irreversible. Entre los más conocidos está el pececillo de plata. Los residuos orgánicos y la humedad favorecen la proliferación de insectos.
NO ingresemos alimentos a la Biblioteca para evitar la aparición de insectos.

Otro de los factores más frecuentes que afecta a la colección impresa son las manchas causadas durante su uso. Las manchas generadas por agua u otros líquidos no pueden ser eliminadas ya que se corre el riesgo de profundizar el daño.
Estemos atentos/as al momento de ingerir líquidos en la Biblioteca.

Una inadecuada manipulación de los libros como la mala sujeción por la parte superior de su encuadernación o la separación de las hojas plegadas de una manera descuidada también son daños irreparables, pero que se pueden evitar.
Seamos cuidadosos/as al momento de retirar los libros de los estantes.

Los libros mojados por grandes cantidades de líquidos quedan afectados en su estructura y durabilidad. Muchas veces las secuelas son inevitables y se debe iniciar a la brevedad un tratamiento para “salvarlo”. En ocasiones no recuperan su forma original y pueden formarse hongos.
Protejamos los libros al transportarlos en días de lluvia.

Si bien las marcas nos dicen que hubo una lectura activa, los libros que forman parte de la colección de la Biblioteca son de uso compartido y no deben ser subrayados, anotados ni remarcados. Cada lector/a merece disfrutar de una buena lectura en las mejores condiciones.
Seamos respetuosos/as con los materiales de toda la comunidad.

Este sitio utiliza Cookies